Por Mario Medina Valeria
Extraído de www.rebelion.org
Esta fecha se caracteriza por el consumo y el individualismo, también por la prueba de selección universitaria y por los aranceles para el próximo año que cobrarán las universidades. Situación que espanta a toda la sociedad chilena.Este fin de año depara muchas de estas cosas. Una de las que ya tenemos mucha información es sobre las alzas de los aranceles para los alumnos nuevos de las distintas casas de educación superior del país. El diario La Tercera del domingo 9 de diciembre reveló que en un 14% el alza de los aranceles de carreras de pregrado. Claro, estas alzas son distintas en las diferentes instituciones de educación superior, pero reflejan lo que ha sido una política constante de aumentos muy por sobre el IPC durante los últimos 7 u 8 años.Es interesante preguntarnos ¿Cuáles son los efectos tiene en la sociedad?, ¿Cuál es su reflejo en la realidad nacional?, ¿que hay detrás de estas alzas?, tal vez la pregunta mas importante que podríamos hacernos es ¿para que se usan estos recursos en las distintas instituciones de educación superior?. Muchas de estas preguntas serian fáciles de responder si en Chile existiera un sistema de educación superior con real fiscalización y compromiso del Estado, pero no lo es y por lo tanto buscar respuestas puede significar pasar largos periodos de tiempo en oscuros pasillos.Para lograr contestar alguna de estas preguntas es necesario ubicarnos en la realidad de Chile. La LOCE, aquella que la sociedad pidió a gritos cambiar por un nuevo marco legal que rompiera con las enormes diferencias del fracasado sistema educacional Chileno, consagra que las Instituciones de educación superior son sin fines de lucro.
CRÉDITOS Y MÁS CRÉDITOS
En los últimos años la oferta de créditos ha aumentado en cobertura a sectores medios con la creación de la ley de crédito privado con aval del Estado, se ha generado un sistema de aranceles de referencia para la asignación del fondo solidario por parte del MINEDUC que crece a un ritmo menor que los aranceles reales de las Universidades tradicionales. El sueldo mínimo en Chile es de 144.000 pesos y se esta discutiendo a nivel social la idea de un sueldo ético de 250 mil pesos. El IPC de este año bordea el 7%. Chile posee uno de los mayores índices de desigualdad del Mundo, con una repartición de la riqueza que permite que el 40% más pobre de la población sólo participe del 15% de los ingresos totales del país y el 10% más rico del 40%.Estos no son datos en el aire, sino que nos sirven para comprender el sin sentido o mejor dicho el sentido real de tantas alzas. El sistema de educación superior se ha dedicado a reproducir las desigualdades sociales del país, las mejores universidades del país se han elitizado económicamente y han generado tremendas barreras de entradas a los jóvenes con problemas sociales. Estas barreras están en primer lugar ligadas a los altos e inalcanzables aranceles de las carreras de pregrado y en segundo lugar vinculadas fundamentalmente a la doble exigencia académica de ingreso y permanencia que se les impone a los jóvenes con necesidad de ayuda económica.
JÓVENES Y POBREZA
Los jóvenes con necesidades de ayuda no solo deben superar los requisitos académicos para permanecer en su carrera sino que también deben cumplir con mayores requisitos académicos para mantener muchas de las ayudas económicas que reciben, en cambio los jóvenes que pueden pagar sus carreras solo deben cumplir con las exigencias para permanecer en sus carreras, ya que no necesitan mantener ayudas estudiantiles. A los pobres no sólo se les pide superar las desigualdades del sistema educacional básico y secundario, también se les pide mejor rendimiento académico para estudiar y mantenerse en la educación superior. ¿Por que no nos van a decir que un joven del primer quintil que pierde una beca por rendimiento puede continuar sus estudios? Otra de las razones es favorecer los sistemas de crédito, ¿cuantas familias deben endeudarse para cubrir los estudios de sus hijos?. Las ofertas de crédito parecen tan abundantes como instituciones de educación superior y los jóvenes sólo pueden acceder a las carreras e instituciones que su capacidad de endeudamiento les permita. Esto es evidente si vemos que el sueldo mínimo es de 144 mil pesos o que el sueldo promedio en Chile alcanza los 300 mil pesos, en ambos casos un joven no tendría como pagar los aranceles de medicina en la Universidad de Chile que hoy alcanzan a 3.388.968 pesos anuales y mucho menos los 4.814.763 de la misma carrera en la Universidad Finis Terrae. Si a él o alguien de su familia se le ocurre comer y vestirse, además de estudiar, la única opción es endeudarse, claro sólo si puede hacerlo. Esto tiene otra arista terrible, cuando dos jóvenes que provienen de condiciones socioeconómicas opuestas salen de la Universidad, lo hacen en condiciones muy desiguales, el joven de menores ingreso inicia su vida profesional con una enorme deuda acuesta, mientras el joven de una familia de ingresos altos lo hace sin deuda, esto sigue ampliando las diferencias sociales ya que esta demostrado que las redes sociales que tienen los jóvenes en sus escuelas y círculos sociales son las que les permiten acceder a trabajos mejor remunerados.Y por ultimo, que sucede con las Universidades tanto privadas como tradicionales con los recursos que reciben de los altos aranceles. ¿Es posible que entre las casas de estudio existan diferencias tan grandes en los costos de las carreras?, hay carreras que casi triplican el valor de la misma en otras casas de estudio.
EL NEGOCIO DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR
Detrás de la educación superior se esconde un tremendo negocio, negocio que pareciera nadie preocuparse en esconder, pese a que la LOCE plantea que las instituciones de educación superior son sin fines de lucro. Los negocios se encuentran en los proyectos inmobiliarios y en las tremendas campañas publicitarias de estas instituciones, que cada año inundan con más publicidad los distintos espacios públicos de nuestras ciudades, tal vez seria bueno que el gobierno se preocupara en aclarar los vínculos de estos negocios con las Universidades. Pero, lo anterior se da en las instituciones privadas, ¿que pasa en las Universidades tradicionales?, en estas casas de estudio los mayores aranceles se utilizan para financiar el funcionamiento habitual de las distintas instituciones, supliendo el aporte del Estado por el endeudamiento de las familias de los jóvenes con necesidades socioeconómicas. Esto demuestra como el Estado ha dejado de lado a la educación superior, no sólo en materia de regulación, sino también en compromiso con el desarrollo equilibrado y sustentable de un sistema que sea capaz de acoger a todos los miembros de la sociedad y aportar a la construcción de un proyecto país.
EL DESAFÍO
Todo lo anterior nos plantea el desafío de avanzar en una política de financiamiento estudiantil que elimine las dobles exigencias académicas para los jóvenes que necesitan ayudas estudiantiles, que se avance en un sistema de cobertura total sin deuda para los jóvenes de menores recursos, un proceso de regulación y fiscalización más fuerte del Estado que permita terminar con el negocio tras la educación superior privada y evitar las alzas que atentan contra la democratización del ingreso y permanencia en dichas instituciones y por ultimo un mayor compromiso del Estado con el financiamiento de las instituciones públicas de educación superior.
El autor fue ex Vicepresidente de la FECH y actualmente es estudiante de Magíster en Política y Gobierno en la FLACSO. Colaborador permanente de Crónica Digital.
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